El AIKIDO fue creado por Morihei Ueshiba, conocido por los practicantes como O’Sensei (que significa Gran Maestro). O’Sensei, un experto en diversas artes marciales, creó el AIKIDO a partir del deseo de que el individuo desarrolle al máximo su potencial como tal, tanto física como mentalmente. La palabra AIKIDO puede traducirse como "el camino (Do) para unir (Ai) toda nuestra energía interior (Ki)".

Uno de los principios más importantes del AIKIDO es el que sostiene que la mente y el cuerpo son uno. Cuando el individuo actúa teniéndolo en cuenta, desarrolla gran poder. Ya que los movimientos del AIKIDO son de naturaleza circular, requiriéndose flexibilidad, equilibrio y timing, no hay necesidad de entrar en conflicto con la fuerza del oponente. Al acompañar el ataque mediante dichos movimientos, es posible tomar control de la fuerza que emplea el atacante y redirigirlo en forma segura y efectiva. La práctica también incluye el aprendizaje de caídas, las cuales constituyen una forma de defensa en sí mismas.

Las técnicas de AIKIDO no combinan fuerza contra fuerza, motivo por el cual no es necesario ser particularmente fuerte para comenzar a practicarlo. Asimismo, dichas técnicas son de naturaleza defensiva, y no se requiere de una personalidad agresiva. No obstante ello, mediante la práctica del AIKIDO usted se convertirá en una persona fuerte y desarrollará seguridad y potencia en sus movimientos.

Ya que el AIKIDO se practica de a dos, usted tiene la posibilidad de aprender de otros al mismo tiempo que los ayuda a aprender de usted. Esta apertura mental que caracteriza a la práctica crea un clima sumamente sano en el Dojo (lugar de práctica).

En síntesis, el AIKIDO es bueno para su cuerpo, mente y corazón. Como si todo eso fuera poco, el AIKIDO también es divertido. No es correcto pensar que el AIKIDO cambia a la gente. Sin embargo, puede decirse que la gente puede cambiar a través del AIKIDO.

¿Quiénes practican AIKIDO?

Por su principio de no violencia y armonización, el Arte no tiene limitaciones de sexo ni de edad ya que cada uno practica de acuerdo a sus posibilidades y a su propio ritmo.

Desde la infancia hasta la tercera edad, hombres y mujeres, practican AIKIDO alrededor del mundo. Además, por el tipo de movimientos y al no utilizar la fuerza física durante la práctica, el AIKIDO ofrece muchos beneficios para la salud, como corrección de problemas posturales, eliminación de tensiones, correcto manejo de la respiración, entre otros.


Único hijo varón entre cuatro hermanas, el Maestro Ueshiba Morihei nació el 14 de diciembre de 1883 en la ciudad de Wakayama, en el seno de una familia muy creyente que abrazaba la religión budista 'Bukio-Shim-Gom-Shiu'.

De contextura pequeña y débil, al punto tal que su crecimiento llegó a preocupar mucho a sus padres. Concurría desde temprana edad a jugar a un templo muy próximo a su vivienda, cultivando la amistad de los monjes y facilitando, que ya a los siete años conociera; a la perfección los textos sagrados de su credo.

Ya adolescente, su sueño era llegar a ser un comerciante. A los 17 años viaja a Tokio (Asakusa) para residir en la casa de un pariente propietario de una librería, desempeñándose durante el día en el cuidado del comercio. Por las noches asistiría a un dojo de Jiu-Jitsu. El cambio de vida sumado a su debilidad física y carácter retraído, influyen para que contraiga beri-beri (kakke), retornando a su hogar completando abatido. Entonces comienza su recuperación física, para lo cual camina de tres a cinco kilómetros diarios a través de las sierras, y gradualmente supera este distancia, ayudado por el excelente clima hasta trotar primero, y finalmente correr unos 10 kilómetros diarios. Por completo recuperado, continúa con la práctica de artes marciales y gimnasia de toda índole, dedicándose de 9 a 11 horas al día.

A los veinte años ingresa al ejército, pese a su baja estatura (1.56mts) beneficiado por su ahora sólida estructura y atlético cuerpo. Su desempeño es sobresaliente en la instrucción y se destaca por sobre todo en las artes de combate, particularmente en el Yu Ken Jutsu (el arte del fusil bayoneta). Con la idea de luchar en el frente de guerra solicita el permiso correspondiente, el cual le es negado, considerando sus superiores que por su gran capacidad cumpliera las funciones de instructor. Insistirá tenazmente hasta que la petición tiene lugar en el año 1905, cuando contaba 22 años. A poco de llegar al frente de combate en China termina la contienda con la victoria de Japón. Sin demora, trata de conocer las armas y artes de guerra chinas, hasta ese momento para él desconocidas.

El mismo año vuelve a Japón y al tiempo deja el ejército. Con la ayuda de sus padres abre un dojo de Sumo (arte tradicional japonés) y enseña en el mismo la práctica de Yu Ken Jutsu. En 1908 recibe el titulo de Yagyu Ryu Jiu Jutsu; tiene entonces 25 años. Es llamado nuevamente por los superiores del ejército para que continúe la instrucción de los soldados, pero vislumbrando una nueva meta en su vida, decide no reincorporarse a un trabajo fijo, sino dedicarse a lo que será de ahí en más su gran sueño: perfeccionar las artes de combate. La tarea que se propone a realizar es tomada con total ímpetu, siendo así, por ejemplo, que cada vez que llegaba a su pueblo algún Maestro, lo agasajaba en su propio hogar y lo invitaba a su dojo para recibir las experiencias y enseñanzas que le dejaran.

Criado en la naturaleza y habiendo practicado en ella, observa que su pueblo, los campesinos de su tierra cansada, emigran a América o Hawai en busca de mejores suelos. Decide viajar al extremo norte de Japón, a Hokaido, comenzando a trabajar en agricultura en 1912. Para esa época recibe la enseñanza de diversos maestros, uno de ellos el Maestro Takeda Sokaku de Daito Ryu; enseñanza que ayudaran al origen del nacimiento del Aikido. El gran maestro Sokaku ve en Ueshiba Morihei sensei un gran porvenir y así es invitado por el maestro del Daito Ryu al dojo de éste, donde también recibe el conocimiento de sus técnicas, las que lo habían cautivado profundamente.

En 1920 retorna a su tierra natal, donde se encuentra con Deguchi Onisaburo, monje de la rama Dai Jonkio del Budismo, guía espiritual de su religión y de altísimo carácter moral, a quien consulta a raíz de una enfermedad que aquejaba a su padre. De las conversaciones con el monje Onisaburo, versado además en distintos temas, extrae la conclusión de que el arte marcial no solamente es luchar y ejercitar el cuerpo, sino que además es necesario saber ejercitar el espíritu, si se quiere llegar a una real profundidad y conocimiento. Decide así estudiar con el monje, palpar su sabiduría. Se va introduciendo en el gran mundo de la filosofía Zen. Juntos emprenden viaje a Manchuria (China), permanece con el monje aproximadamente cinco meses tratando de imbuirse de los modos de lucha y sistemas de pensamiento de la región.

De regreso a Japón, recibe consecutivamente la inesperada visita de tres grupos de personas interesados en la labor de Ueshiba sensei, quienes exponen diferentes caracteres y puntos de vista al respecto. El primero de estos grupos observa con asombro los resultados del trabajo conjunto de Ueshiba sensei y el maestro Onisaburo, como la unión ideal del plano espiritual con el plano físico, conociendo la gran fama que a ésta altura ostentaba el maestro Ueshiba, los integrantes del segundo grupo solicitan integrarse en calidad de discípulos. El tercer grupo lo conforman distintos maestros de otras técnicas de luchas, siendo buena parte de ellos instructores que prestaban servicio en diversas regiones de Japón.

A medida que Ueshiba Morihei iba desarrollando su trabajo, no faltaron quienes dudaron de su eficacia, llegando incluso a desafiar al maestro. Lejos de aceptar las provocaciones, Ueshiba Sensei prefería ignorar enemigos a combatirlos, lo cual le granjeó nuevos discípulos. Solo en una ocasión, y por la real imposibilidad de evitar el reto, acepta combatir con un militar, experto en el arte de Kendo. En el preciso momento del combate, cuando el retador se dispone a atacar con el bokken (espada de madera), Ueshiba Morihei presiente donde recibir el ataque. Se adelanta al golpe, corta el avance del rival y entra a su vez hacia el centro del cuerpo del oponente, a quién derriba sin causarle ningún daño físico; con esto evidencia su neta superioridad ante el adversario, que opta por retirarse vencido. Luego del breve combate, secando su cuerpo junto a un aljibe comprende que no fue algo físico lo que lo hizo derribar a su rival. Era algo más profundo; Ueshiba Morihei comenta de aquella sensación: "Cielo y tierra vibraron ante mí. De la tierra brotó una nube de polvo de oro que envolvió mi cuerpo, transformándome en oro sólido, y en ese preciso instante me pareció estar en el aire. Comprendí entonces el lenguaje de los pájaros y de la naturaleza, y tuve una clara conciencia del pensamiento de Dios, El Creador del Universo. También comprendí que la raíz del arte marcial es el amor de Dios y el amor a los semejantes. En ese momento me brotó una lágrima de felicidad". "Por esto el arte marcial no es lastimar con fuerza a un semejante, o con armas, sino que por el contrario es el amor hacia el mismo, no es derrotar al mundo con guerras, sino construir un mundo mejor". La experiencia que mencionamos le ocurrió un día de primavera en 1925, cuando el maestro contaba 42 años. Así menciona entonces el Aiki (principio de unión, armonía) a raíz de las experiencias vividas, las técnicas aprendidas en esos últimos años y la evolución que lograba en el plano del espíritu.

En 1927 abre un Dojo en Tokio; cuatro años más tarde funda el dojo Kobukan, famoso por la intensidad de las prácticas. Se comentaba que no era permitido pasar por su frente a artistas marciales que no fueran muy seguros de sí mismos.

En 1939, con 56 años, su arte es reconocido por el gobierno de Japón. Se forma la Federación Kobukan Hombu Dojo.

En 1942 se traslada a lwama, en lbaraki, quedando como instructor en Tokio su hijo, el maestro Kisshomaru Ueshiba. En Iwama construye al año siguiente el templo de Aikido, Aiki-Jinja.

En 1948 transforma la Federación Kobukan en Federación Aikikai, que preside actualmente su nieto Moriteru Ueshiba, actual autoridad de la Federación Aikikai Hombu Dojo, con sede en Tokio y centro tanto nacional como Internacional del arte.

El 26 de Abril de 1969, habiendo sido condecorado cinco veces por el gobierno Japonés, fallece el maestro Ueshiba Morihei. Sus restos descansan en Tanabe Wakayama, su tierra natal, dejando sus pertenencias en el Aiki-Jinja y en Hombu Dojo.


Kisshomaru Ueshiba nació en Ayabe en la Prefectura de Kyoto el 27 de Junio de 1921 siendo el cuarto niño y el tercer hijo varón de Morihei Ueshiba. . Morihei Sensei se mudó con su familia a Tokyo en 1927 donde Kisshomaru completó la mayoría de su educación formal.

Por ese tiempo, el dojo estaba casi vacío de estudiantes y las obligaciones de Kisshomaru eran mayormente administrativas. Kisshomaru Cerca de no enrolarse gracias al esfuerzo de la guerra, el edificio del dojo estaba en peligro físico debido al bombardeo de Tokyo. Pasó parte de su tiempo en Tokyo y parte en Iwama durante este periodo.

Cuando la práctica en Tokyo ganó fama, Kisshomaru comenzó a dirigir parte de sus esfuerzos hacia la expansión del aikido a un publico casi totalmente ignorante del arte. Kisshomaru escribió su primer libro propiamente titulado "Aikido" en 1957 y otros les siguieron en intervalos regulares. El nombre "aikido" comenzó a ser familiar al publico Japonés en general que podía ahora identificar al arte marcial.

La próxima mayor frontera en la diseminación del aikido eran los países extranjeros. Kisshomaru comenzó a enviar jóvenes, y talentosos instructores al exterior para que pusieran dojo y, aunque precedido por Koichi Tohei, el mismo viajó a USA por primera vez en 1963. A mediados de la década de 1960, un gran número de practicantes llenó los espacios del Aikikai Hombu Dojo además con la venida de extranjeros a Japón para entrenar en la Meca del aikido. El fundador, que pasaba ahora en Tokyo la mayoría del tiempo, ya rondaba por sus ochenta años y Kisshomaru y Koichi Tohei eran las figuras principales del dojo.

Tras la muerte en 1969 de OSensei, se produjo una disputa entre el nuevo Doshu Kisshomaru Ueshiba y el Jefe Instructor Tohei, este último terminó por dejar el Hombu dojo para establecer su propia escuela en 1974. Para mediados de 1970 el aikido había crecido hasta el punto que el Doshu y las figuras principales del Aikikai sintieron que el tiempo había pasado para crear una "Federación Internacional de Aikido (IAF)." Federaciones nacionales fueron reconocidas en numerosos países y el control de la organización vino bajo el control del Zaidan Hojin Aikikai.

Fue, además, alrededor de este tiempo cuando se empezó a rumorear que su propio hijo, Moriteru, iba a ser el "Tercer Aikido Doshu". [El actual Doshu Moriteru Ueshiba asumió la posición de liderazgo después de la muerte de su padre en Enero de 1999.]

El punto de vista del Doshu con respecto al aikido enfatiza, técnicamente hablando, movimientos suaves, y circulares. El carácter "maru" en su primer nombre era simbólico de su vista de la esencia "circular" de la técnica del aikido.

En términos filosóficos, el mismo Doshu elocuentemente resume sus pensamientos acerca del arte creado por su padre con estas palabras: "Los movimientos del aikido están en perfecta concordancia con los movimientos del espíritu. Doshu permaneció extremadamente activo dando innumerables exhibiciones y lecturas en Japón y el exterior, hasta que falleció en Enero de 1999 por una afección respiratoria.


Nieto del fundador del Aikido y segundo hijo de Kisshomaru Ueshiba. Con el fallecimiento de su padre y conforme a la tradición, Moriteru Ueshiba paso a ser el nuevo Doshu del Aikido Aikikai El se graduó de Economista en la Universidad de Meiji.

El nuevo Doshu fue preparado para seguir los pasos del fundador desde hace más de 20 años en donde ha estado divulgando el Aikido muy intensamente. Comenzó a estudiar Aikido cuando tenía 6 años de edad.

Antes de asumir el cargo actual, Moriteru Ueshiba se desempeñó como Presidente del Consejo de Directores del Aikikai y Director del Hombu Dojo.

En 1999 con la muerte de su padre, asume la dirección como tercer Doshu, líder mundial del Aikido.


Es el hijo del tercer y actual Dōshu del Aikikai, Moriteru Ueshiba y por ende se espera que sea su sucesor en dicho cargo, llegando así a ser el Cuarto Dōshu. Su Bisabuelo fue Morihei Ueshiba, el fundador del Aikidō.